Solo las personas que se han enfrentado al diagnóstico «cáncer» saben lo que implica emocionalmente. Después del impacto, una pregunta viene a la mente de los pacientes: «¿Qué puedo hacer por mí mismo?». Este libro trata de responder a esta pregunta partiendo de una sencillísima premisa: si somos lo que comemos, modificar nuestra alimentación debería ser el primer paso. Las células cancerosas necesitan de la glucosa para prosperar –es su alimento–, y partiendo de este hecho, los autores proponen una estrategia elemental para combatirlas: matarlas de hambre. La nutrición cetogénica consiste en la reducción drástica del consumo de alimentos ricos en glúcidos.